lunes, 28 de abril de 2014

Tic-Tac

Tic-tac, tic-tac...
Se desgranan en mi mente
los minutos del reloj
los recuerdos.
Ya no me acuerdo del instante
en que te hablé por primera vez,
el día en que fuiste mía,
sólo mía,
mi amor eterno, mi sueño,
mi amada mía...

Tic-tac, tic-tac...
Le arrebatan la vida al tiempo
las manecillas de acero,
golpeando mis sienes
con el vaivén de los recuerdos.

Te siento junto a mí,
en mi pecho, en mi interior,
muy dentro de mí...
Sí, siento tu piel sobre mi piel,
tu respirar sereno
al compás de mis latidos.

Estás aquí, sobre el lecho,
te duermes abrazada a mí,
apoyas tu cabeza sobre mi pecho;
entonces, yo, te observo,
hermosa vestal durmiente, y
a rozar tus cabellos
apenas me atrevo,
te beso, cierro los ojos, y...¡Sueño!.

Tic-tac, tic-tac...
Ya nada importa,
ni el espacio, ni el tiempo,
nada importa ya,
los segundos a tu lado
se hacen eternos.

Eres mía, nada más mía,
mía nada más.

Tic-tac, tic-tac...
Le arrebatan la vida al tiempo
las manecillas de acero,
golpeando mis sienes
con el vaivén de los recuerdos.



“Tic-Tac…”
(Trazos del corazón)

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