lunes, 28 de abril de 2014

El remoto rincón de mí alcoba

Te busco en la noche,
Y tú, esquiva y fugaz figura,
te deslizas de entre las sábanas
para abandonar el lecho.

Distante y muda,
con grandes ojos fijos
me contemplas,
mientras te ríes burlonamente
desde el remoto rincón
de la alcoba, en donde reinan las sombras.

Mis trémulas manos
se amotinan en la búsqueda insaciable
de tus formas, a través de la oscuridad.
Añora mi piel el vacío
que dejaron tus caricias,
y mis finos labios secos, 
imploran desesperadamente
la humedad de tus cálidos besos.

El eco imperceptible de mi voz
musita el nombre definitivo
que viola el silencio de la noche,
quebrando los sueños.

Se alza el sol en el oriente,
su luz borra las postreras huellas
de tu forma que, como humo,
se desvanece entre la rendija
de luz de mi ventana.

El día, sin tu presencia, se me antoja
infinito.

Esta noche, en mis sueños,
volveré por ti.


“El remoto rincón de mi alcoba”
(Trazos del corazón)

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