tus ronroneos sexigatunos!
Lamentablemente esta noche, quedaré suspendido como
un títere ingrávido, que se agita en un sueño, ante la pureza incontestable de
tu rostro, que admiro con lúcida devoción.
Ya sé que mis labios nunca besarán los poros
salados de tu temblorosa piel,
y tus formas no se ahuecarán sobre mi lecho,
impregnadas de Chanel nº 5.
No te alarmes niña; son divagaciones,
tan sólo el inofensivo sueño de un poeta enamorado.
En realidad, yo, no anhelo más que poder escuchar
de viva voz
el canto que ha de sanar mi corazón.
Y mientras espero que se produzca la magia del
encuentro
trataré del hilvanar, con bellas palabras, el
sentimiento primigenio que aflora en mi pecho sin remisión, mientras,
soberanamente aburrido,
consumiré la espera, hora tras hora, entre Martini
Dry y peces de hielo,
buscándote a través del azulado halo humeante del
tabaco
para pedirle al pianista que toque otra vez nuestra
canción:
...tócala de nuevo Sam!.
“Chica
Martini”
(Retales de intimidad)
Soy la Chica Martini...
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