lunes, 28 de abril de 2014

Mis poemas


No pretendáis encasillar mis poemas
entre las recias murallas de la métrica.
Dejad que pregonen mis versos
su postrera resistencia a la rima.

Dejad que fluyan libremente
por los extensos campos de la imaginación.
Dejad que Terpsícore los devore con el
hambre voraz de la expansión del verbo.

Dejad que siga el vate acurrucado entre las brumas,
creando monstruos y fantasías...
-tiránica presencia del recuerdo-.

Dejad que los versos resquebrajen
los espacios vacíos y silentes,
que se transformen en nubes
las palabras,
y la prosa en peces de fuego,
en pájaros de plata el acento,
en flores azules se torne la voz,
en mariposas malva los sonetos,
las sílabas en salamandras,
y en caracolas naranja la gramática.

Dejad que reinen las musas en el
nocturno paisaje de mis sueños
y que canten al viento los bardos
las trovas liberadas del deseo,
que tañan con rabia sus liras ,
que retruenen sus voces en los cielos
silenciando la elegía intransigente de la muerte.

Sí, dejad que me ausente muriendo
como la foto desaparecida
en la compleja luz negra del recuerdo,
que se diluyan mis formas como la tinta
de una acuarela dibujada en un papel.

Pero ante todo...
No dejéis que mis versos mueran,
ni ahora, ni nunca.


“Mis poemas”
(Universo singular)

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