Debes
saber, gacela mía,
que
aun cuando
aparente
ser manso en
tu
presencia,
no
me resultan, para nada,
indiferentes
la
silueta recortada de tus piernas
ni
las colinas suaves de tus senos.
Puede
que una noche de estas,
como
el que nada pretende,
me
despoje de la piel
de
cordero que me ampara
y
sientas sobre tu cuello y pezones
el
aliento y las garras
del
lobo que te habla.
"Deseo contenido"
(Pintando palabras)
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