¡Gordo! Exclamó con desprecio la
muchacha.
¿Gordo? ¡Señora!
¡Por Diós! –Ofendido exclamé-
No pronuncie tal palabra,
que por grosera
detesto;
Llámeme mejor orondo,
que es divertida
palabra,
y define con
acierto
la redondez de mi cuerpo.
Mas decidme, esbelta dama...
Sí no es mucha indiscreción
¿A qué debo tal censura e
impertinente observación?
¿A quién le importa señora,
sí es mi figura plana, o
es mi figura redonda?
¡Sí! No me mire con desprecio,
que con tal no la contemplo,
ni con ánimo de conquista,
ni sin ella, sí os ofendo.
No me mire con desprecio,
por la augusta curvatura
de mi redonda existencia,
que yo no le pongo precio
a su exigua inteligencia.
Y en señal de mi
aprecio,
que no de mi indiferencia,
le regalo con un verso,
de este redondo poeta.
"Gordo"
(Trazos del corazón)
by Jordi Poblet
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