lunes, 15 de octubre de 2012

“Diálogos con la muerte”

I

Mi cuerpo yace ingrávido sobre la delgada línea del horizonte.
justo en el límite de la sutil frontera,
que escinde el alma de lo corporal.
La calma es reconfortante, y sin embargo, siento una gran desolación.
¿pero por cuánto tiempo habré de aguardarla?

II
Ella me contempla burlona desde lo lejos,
con un atisbo de indulgencia en su mirada.
Fijando en mí sus grandes ojos negros,
que resplandecen como relámpagos en la tempestad.
¿por qué será que se me antoja fría la mirada de la muerte?


III
¡Olvídame!
Le digo con desgana, mientras vuelvo la cabeza hacia otro lado
¡Olvídame! acaso no ves que me aburres soberanamente.
Pero ella sigue, impávida y silenciosa, sonriendo burlonamente
¡Tanto tiempo juntos!
Tantos años de vida, otros tantos llevo de muerte.

IV
¡No insistas!
Sabes bien que no es ésta mi hora.
No seré yo quien llore al rechazar tus besos,
y aún así, inmerso en esta espiral incierta del tiempo
sé que me muero...  ya bien sea en el olvido, o quizá en tu recuerdo.


"Diálogos con la muerte"
(Retales de intimidad)

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